Campeonato Rivero. Torneo 3

Highlights. Dos semanas sin actividad ñassproñera afectan a cualquiera que se precie de ser un ña. El primero en demostrarlo es un Rubén que, ante la tardanza en abrir de un Fran que estaba regando, no tiene empacho en reemplazar el habitual 'hola' por un '¿que pasa? ¿que estabas cagando?' soltado por el ña en mitad del rellano. Y es que el hombre viene además crecido ('no se quién es mi pareja pero voy a ganar') por la victoria del Real Madrid (Maaaaaaadrid, para los Palazones) en una Copa de Europa que el hombre vivió en peculiar situación. Empastillado hasta los topes por la alergia y rodeado de atléticos y barcelonistas, siendo especialmente cargante la acompañante de Manolo, ya no por animar al Atlético, sino por pedir perdón cada vez que lo hacía. Entre tanto Fidel se está duchando y de David no se sabe nada, aunque nadie espera que esté comprando la cena. Es justo a las 20:30 cuando se disipan las dudas, momento en el que el timbre del portal y de la puerta suenan a la misma vez provocando en Fran un ataque epiléptico a lo Míguel, ante el cual la única aportación de Rubén es recordar en voz alta que él pensaba que la contraseña del timbre era la orwelliana 1984 y no 1985, aunque por suerte se libra, en ese momento de confusión con cuatro ñass y tres cojines peleando por un sitio en el sofá, de que alguien le haga la rima. Y es que el centro de atención ha pasado a ser un David que está claro que no va a invitar por su cumpleaños ('¡si fue hace dos semanas!') porque es que ni siquiera ha traído algo para él. Y encima la inactividad le ha afectado elevando unos decibelios más su voz y su grado de azogue, como él mismo reconoce ('estoy revoltoso como un niño hambriento'). Así que para que se tranquilice, y dado que le ha tocado quedarse fuera del sofá. Fidel no duda en girarle la tele y buscarle mejor acomodo, lo que provoca los celos de un Fran que se queja de que a él nadie le gira la tele, y que tiene que reconocer, cuando echa el balón a rodar, que desde su nueva posición no ve nada. Ante el despelote de su compañero el araña no duda en exclamar, con toda la razón, que está jugando solo, pero sorprendentemente no sólo no les cuesta ningún gol, sino que además los top one and two, quizá también afectados por la inactividad, coinciden en que desde el sofá no se ve un pimiento, accediendo a acercarlo hasta casi mitad del salón. Con el acercamiento Fran se viene arriba y, a centro de David, dispone con 0-0 en el marcador de un cabezazo a bocajarro que, ya con el portero batido, Fidel saca con la cabeza en lo que va a ser el momento álgido de la pareja top manta, aunque ellos no lo imaginen. Porque de hecho logran igualar el primer gol romano demostrando la endeblez defensiva de una Roma que sin embargo es superior. Superioridad que demuestra la pareja rubenfideliana con facilidad pese a las frases ofensivas de un LePenizado David que habrían provocado la clausura del campo si esta competición la organizara la FIFA. Pero dado que la ¿organiza? DavidPro no suponen absolutamente nada de cara al segundo encuentro. Igual que tampoco supone nada (salvo dolores de cabeza) que Fran empiece tan pronto con el terrorismo musical, lo que, tal y como advierte Fidel, es un claro signo de debilidad. Y el propio Fidel lo corroborará regateando al portero con Di Natale y dejando en nada las esperanzas romanas. No se ha llegado al ecuador y Rubén ya he recuperado la desventaja con un Fran que sigue tan embaucado con el móvil que no es hasta que ya ha comenzado el tercer partido que pregunta qué equipos están jugando. Y resultan ser los Oympiques, siendo teóricamente superior el de Lyon tal y como confirma un Rubén cuyos dos goles le colocan segundo en el campeonato antes incluso de que se celebre la cena. Algo que casi es noticia, ya que el esmayao frigo de Fran da como para cenar aunque por los pelos, con una carestía de pan que hace que a David le caiga en desgracia un trozo mojado y no descongelado del todo. Quizá una venganza del anfitrión contra un araña que había aprovechado el descubrimiento de una familia de dieguitos bajo la mesa, para torpedearle con el habitual '¿vive alguien aquí Fran?', y contra el que también se quema un Fidel ya que el unionense aprovecha la lata vacía del segundón para arrojar ahí el aceite de su lata de atún, en lugar de levantarse al fregador como había hecho él. Quizá afectado por tanto estress, el compañero de clase de la gorda del padel (de la que por supuesto se habló) empieza a encontrarse en el cuarto partido necesitado de un parecetamol, de la misma forma que Rubén comienza a necesitar un casco ante la manía de Fidel de levantar el brazo cada vez que llama la atención a su embaucado hermano, que sigue intentando que la ¿música? de su movil consiga lo que ellos no están siendo capaces de lograr con los mandos. Y dado que el cuarto partido va a tener el mismo final que los anteriores, qué mejor que tomarselo a broma, como hace un David que cada vez que Remy toca la pelota recuerda a una meretriz de igual nombre, o un Fidel que no puede contenerse ante la riveriana pronunciación de Gignac, lo que deriva la conversación a los habituales derroteros waterianos tan del gusto de David. Que si su hermano es el Usain Bolt de las tazas, los problemas que conlleva un traje de neopreno, la oscura historia en un parking de un ña que pese a preferir usar su servicio, esa noche acabó 'cagando fuera', junto con otras anécdotas como la del ZM, amenizan un partido que acaba siendo otro paseo. Nadie duda a estas horas que el quinto partido acabará con otra derrota para la pareja top manta. Y es que David sigue con la sonrisa en la boca y le da igual que el devorador de periódicos se dedique a poner chorradas humorísticas con el móvil. Paradójicamente pese a esta falta de tensión competitiva ambos logran dos hitos, forzar una prorroga y provocar que el arbitro saque la primera amarilla de la noche a un Fran que al fin aporta algo a su casillero de estadísticas. Hitos que en cualquier caso no les evitan otra derrota final que les condena a luchar por evitar el top manta, y que deja a Rubén como única razón para no entregarle aún el título de campeón a Fidel, el hombre del momento.