VUELTA DE TUERCA
David repite enigmáticamente triunfo, Fran desquicia a los estadísticos siendo segundo, Fidel duerme abrazado a su tercer puesto y Rubén yace en la oscuridad del top manta.
Y es que el giro de los acontecimientos está desbordando a los pronosticadores más incautos y camicaces, incluso la astucia de aquellos que avispadamente intuyen el advenimiento de cambios frenéticos y arrolladores se ha quedado escaso frente a lo transcurrido en la noche de ayer donde un David se alzó con el torneo enlazando dos consecutivos, mientras que Fran estuvo en su tónica, es decir, hizo un segundo puesto sorprendente y su estado de ánimo lo mantuvo en esa línea horizontal que tanto exaspera a David y de la que hizo gala al demostrar como un bocadillo de chorizo puede interponerse ante los manjares que ofreció ayer DavidPro, ya que el mismo fue devorado al estilo “periódico“sin inmutarse y con desquiciante parsimonia, manjares debidos al trigésimo cumpleaños de unos de sus miembros, concretamente de Rubén, que el cuarto puesto le hace adentrarse en esa senda peligrosa donde la figura topmantiana planea al acecho de cualquier debilidad y hambrienta de moral humana.
Como tercero en la noche de ayer tenemos a Fidel, que merece mención aparte. DavidPro declaró en la noche de ayer y tras rueda de prensa lo siguiente: “Verlo en el rincón del sofá, tercero, con esa medio sonrisa que denotan una mezcla de impotencia y que la máquina no lo comprende nos hace pensar en lo difícil de su situación”. Incluso en el transcurso del torneo, David sin previo aviso se dirige a él en estos términos:”es que Fidel es una rémora”. En ese momento, hecho que recogen las cámaras, se ve a un Fidel que tras oír dicho comentario su visión sigue centrada en la pantalla dando muestras de asimilar lo dicho e incapaz de contrarrestar las acometidas de sus compañeros, es más, el rincón del sofá por momentos parece que lo engulle de tal manera que su presencia parece tan espectral que el hecho que ocurrió momentos después da fe de ello. El hecho presenta la siguiente secuencia. Fidel, que en ese momento observa a Rubén haciendo ostensibles muestras de estar entrando en su ya habitual estado quemado, se ríe por los gestos de éste, David, que en ese momento se percata de lo que está aconteciendo emite una carcajada y le explica a Fidel que el motivo de los gestos de aquél se deben a que David había llamado a Rubén por su nombre, es decir, por Fidel. Éste, que tarda en asimilar lo expuesto por David, se percata de lo desmoralizador de su situación y sigue mirando al frente visionando aquella pantalla que le muestran lo alejado de aquellos tiempos en los que su figura era respetada por presentes y extraños, tiempos donde un Fidel vivo, audaz en el campo, eléctrico, de mandato incuestionable y brillante, están tan alejados como aquellos que recuerdan el frigorífico de Rubén sin las dos latas de anchoas.
Pero Fidel fue más allá, y en un momento de furia incontrolable rellena de instinto animal y exenta de conexión neuronal lanzó el mando estrellando éste contra un objeto del que Fidel ya había mantenido repetidas temáticas, el mando de la televisión, momento que visionando las cámaras repetidas veces se ve a David que mira hacia abajo ya que está en primera fila del incidente en cuestión y su mente no termina de situar que es lo que allí acaba de acontecer. Al girar la cámara se observa a Fran y a Rubén expectantes esperando que David exponga alguna información que resuelva mínimamente lo acontecido. En ese momento David levanta el brazo mostrando una pila que provoca tal desconcierto que la cara de asombro de Rubén nos hace recordar a la de Alicia Senovilla en la archifamosa frase de la charca. Finalmente las cámaras captan como Fidel coge el mando, su mente vela lo acontecido y su visión se centra en el infinito como si de una empanadilla se tratase.
El torneo en sí no brilló, más bien fue apagado y lúgubre escenificando tal hecho cuando las faltas dignas de tarjeta provocaban que la pantalla oscureciese dando lugar a un momento desconcertante: cuatro personas de media de 30 años, mirado fijamente una pantalla sin emitir, con un mando sobre las manos, en un dúplex deshabitado, con una cocina donde el frigorífico enfría dos latas de anchoas y una sobrasada, con un microondas que si introduces algo empieza echar humo y se desconocen los motivos, momento en el que la pantalla vuelve por sus fueros, el árbitro muestra tarjeta y los estados de ánimo de estos cuatro miembros vuelven a su condición habitual: la horizontalidad de Fran, el quemazón de Rubén, el bucle perdedor de Fidel y la falta de orden mental de David.
En resumen, que David se adjudica este torneo emitiendo frases de tipo: “pero si yo creo que he sido el peor”, lanzadas al aire en voz baja y con una ligera sonrisa que denotaban lo desproporcionado de ese primer puesto, Fran se adhiere a esos altibajos tan desconcertantes como lo es su estado anímico constante, Fidel mantiene un idílico romance con ese tercer puesto y Rubén terminó el torneo de tal forma que Fran y David tardaron un tiempo para encontrar su mando digno de Juan Pedro cerrando la puerta de su campo.
miércoles, 16 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
3 comentarios :
Muy bueno, como siempre, pero sorprendéntemente no aparecen en la crónica las expresiones 'eres un tercerón', 'Alfredo, Alfredo' o 'mataría al que hizo el juego'.
El próximo torneo promete...
¿Pero cómo se te ha ocurrido relacionar mi pasotismo con la empanadilla de JP? A mi nunca se me hubiera ocurrido. Las crónicas de DavidPro nunca dejarán de sorprenderme.
Por cierto, que tan mal no lo hice cuando acabé empatado a puntos con el campeón y fui el máximo goleador del campeonato. Estoy recuperando mi mejor juego y prometo volver a la senda ganadora. Igualito que Ronaldinho.
Creo que la única senda a la que vas a volver es la Senda de Granada, a comprarle pasteles de carne a Luis Miguel...
Publicar un comentario