RUBÉN
-
-
-
-
FIDEL
-
-
-
-
DAVID
-
-
-
-
FRAN
-
-
-
-

lunes, 15 de julio de 2024


Highlights. Cuando llega el calor, los chicos se enamoran. Eso reza el teorema que enunciaron las catedráticas del amor Sonia y Selena en una canción que logró entrar en ese Hall of Fame musical que Davidpro denominó Superhits. Un Davidpro que allí donde esté, habrá cogido el micro para entonar su propia versión ‘cuando llega el calor, los ñass sacan la plancha’ al enterarse de que la competición que parió hace décadas vuelve a activarse debido a la mencionada plancha. Pero no una plancha como la de Busquets Sr, sino la que posee el señor que gustaba de ver a dicho portero en acción, un Fran que parece predestinado a pasarse las noches más calurosas de cada verano sudando en su terraza mientras cocina para el resto de ñass. Cerca de 40 grados da la previsión para ese lunes que vivirá, antes del evento gastronómico, un nuevo torneo del campeonato Nevera. Pero para conocer el motivo de este dichoso evento antes hay que retroceder dos días atrás en en el tiempo. Concretamente a ese sábado en el que los cuatro participantes en esta competición vuelven a verse las caras un año después para…para…no está muy claro para qué. Han pasado toda la semana proponiendo planes y viendo sitios en los que reservar para comer, y a la hora de la verdad han organizado lo mismo que Fran poniendo los mandos de la Play. Un lío en el que no se ha aclarado nada, lo que lleva a Fidel el viernes, a medianoche, a proponer enterrar el plan del sábado en Alicante y quedar en Murcia el domingo por la noche a ver a España en la final de la Eurocopa, algo que ya se había descartado. El ‘la selección y todo a la mierda’ que se viene encima es abortado a la mañana siguiente por un Rubén que decide tirar del carro, recordando que la capacidad organizativa no es precisamente lo que define a los ñass, que el plan sigue adelante y ya comerán donde sea, y decide también, después de tres años, tirar de su cuerpo y salir a correr por Montepinar, el lugar desde donde partirá la expedición ñasera. David es el primero en dejarse caer por lo que hace tiempo dejo de ser sede y ya es casa, donde las bombillas ya no están desnudas, los Dieguitos no campan a sus anchas, y las cucarachas no mueren de inanición. Y hogar que además puede estrenar próximamente una barbacoa que el ña ha heredado pero que, eso sí, viene desmontada, por lo que tendrá que montarla, un siglo de estos, esperemos que con más fortuna que la mostrada montando memorias de ordenador en sus tiempos mozos. Unos tiempos mozos que quedan aún más lejos para el hombre que faltaba y que ya ha hecho acto de presencia, un Fran que se ofrece como chófer de la expedición, pero que no está preparado para lo que va a ver mientras se dispone a arrancar su vehículo. David se ha situado en el asiento de atrás, pero la puerta del acompañante permanece abierta sin que nadie se haya introducido en el coche. Extrañado, procede a asomarse a ver qué hace Rubén, y resulta ser lo mismo que Dinio le hacía a tu abuela en otro recordado Superhit, pero en este caso el objeto de deseo es la puerta de acceso al jardín. Y es que resulta que el espinardense se ha dejado su combustible vital (el mismo de Homer Simpson) dentro de casa, y en lugar de llamar a Miriam para que le abra desde el fonoporta, usa el método alternativo que es abrazar y dar cariño a la puerta hasta que ceda a sus empellones y le de acceso. Una vez consumada la pornográfica maniobra y obtenida la cerveza, se pone en marcha al fin el viaje a El Campello aunque no está muy claro con cuántos miembros. Porque David confiesa que su hermano ha estado pensando en apuntarse y ya sabemos de su facilidad para meterse en maleteros ajenos, aunque teniendo en cuenta la cantidad de cosas que lleva Fran en el suyo poco sitio iba a tener. Una escasez de espacio que sufre también la vivienda que David ha adquirido y que sí ya de por sí no brillaba por su amplitud, ahora dispone de menos sitio aún debido al síndrome ‘chatarrero de la manga’ de su propietario. Y es que el araña quedó traumatizado por aquel hombre que no ‘cogía’ en su sofá y, decidido a que no le pasara eso, se hizo con uno demasiado grande para con el espacio disponible. Todo ello sumado a la adquisición de una mesa de salón también desproporcionada, y la de una televisión que, siguiendo la filosofía Baños, mide 65 pulgadas, ha dado lugar a que el unionense tenga que recurrir a una decoradora para que le resuelva el Tetris en que se ha convertido su hogar y le mantenga a raya en sus próximas compras. No es el único que ha tenido problemas con las rayas últimamente, como relata un Fran que tuvo una anécdota con dos mujeres mientras se bañaba semanas atrás en aguas alicantinas. Y es que de repente las señoras empezaron a gritarle ‘caballero, caballero, una raya va para allá’ ante lo cual el devorador de periódicos se quedó como Lorena cuando le preguntaron ‘el hecho de no venir a clase está a la orden del dia, ya es habitual ¿No?’, y aunque el hombre no llegó a contestar ‘poooooh, ¿como?’, sí que se quedó parado unos segundos, los suficientes como para ver una mancha negra bajo el agua dirigirse hacia él, aunque finalmente sin mayor problema. El qué sí parece haber tenido problemas más serios con las rayas es el protagonista de la comida que está teniendo lugar después de que el Focus franciscano haya llegado a su destino (y su dueño recreado hasta tres veces en el maletero). Un Nacho Cano que si hubiera escuchado ‘una raya va para allá’ probablemente habría reaccionado ofreciendole sitio en su fosa nasal, y que es noticia por esa surrealista rueda de prensa que ha dado tras ser acusado de respetar los derechos de sus trabajadores en la misma forma en que Tamara Falcó respetaba la cocina. Todo ello da pie a recordar, entre plato y plato, aquel vídeo en el que el hombre decidía que la mejor manera de homenajear a una víctima del terrorismo era, con sus familiares delante, convertirse en protagonista del concierto, y transformar la mikeoldfieldiana sintonía de homenaje que estaba interpretando junto a un coro de chicas, en un chimobayesco mi-guel-an-gel-eh-eh-eh brazo al cielo, para a continuación atronar con un ¿jimihendriano? solo de guitarra tan acelerado como esa carrera a la que se lanzaría, como toro en San Fermín, el menor de los Cano entre un sorprendido público que, a continuación, vería al personaje regresar, como si no hubiera pasado nada, al inofensivo coro inicial. Todo un personaje que esta semana se ha defendido de las acusaciones (sobre lo de sus trabajadores, lo de Miguel Ángel ya prescribió) en una rueda de prensa que solo puede calificarse como kafkiana, no solo por sus declaraciones, sino por la presencia de un periodista que ese día había decidido homenajear a Kafka disfrazandose de cucaracha (¿?) sin saber que el destino le acabaría llevando a cubrir dicha rueda de prensa vestido así. La televisada peripecia del periodista es el vídeo que ameniza el viaje hasta las calas campelleras de unos ñas (más Elsa) que intentan darle sentido a esas imágenes que comienzan con el protagonista, Víctor Sandoval, en un taxi, vestido de cucaracha, y camino a visitar a una señora con fotos de un señor desnudo, y que debido a la actualidad informativa debe variar un rumbo que le acabará llevando finalmente a una tienda situada frente a la conferencia de Nacho, y en la que el hombre intenta adquirir un atuendo decente para que no le vuelvan a echar de la sala en la que el músico informa de que todo lo que le está pasando es porque le tienen manía, y que un día de estos igual aparece muerto. Lo que también parece muerto es la opción de que los cuatro hombres que se remojan en la cala del Morro Blanc se pongan de acuerdo algún año para irse juntos de vacaciones. 2023 estuvo cerca, hasta que alguien se presentó con el disfraz de Tamara Falcó para modificar los planes, y el resto de veranos David ha cogido vacaciones en agosto que es justo cuando no las tiene Rubén. Este año todo pinta igual hasta que el montepinarense echa cuentas y propone cogerse el día 16 para hacer una escapada de cuatro días. Bélgica es el destino propuesto para satisfacción de un David al que la perspectiva de pasar todo el mes en casa de Carmelo le plantea dudas. Al escuchar este desconocido nombre, entre el resto de ñass surge la peraliana pregunta ‘¿y quien es él?’, que lleva un rato contestar a un unionense que siempre ha considerado al hombre como ese vecino de su padre de Cabo de Palos, donde vivía con su mujer e hijo, pero cuyo status ha ido cambiando paulatinamente. Lo que empezó con la presencia habitual en el hogar carmelitano de un amigo cercano, derivó en la construcción de una vivienda en la cochera para ese amigo tan íntimo que al final, tal y como los hermanos Baños avisaban a su progenitor, acabó siendo amante, de tal forma que la mujer y el hijo acabaron fuera de una vivienda en la que, ojo, David y familia van a pasar el veraneo por un módico precio, a cambio de que Carmelo y compañía sigan viviendo allí, en teoría en la zulo-cochera, pero a saber cómo resulta una convivencia tras la cual puede que surja la también peraliana cuestión ‘¿en que lugar se enamoró de tí?’. Ante este panorama el araña está abierto este verano a realizar todo tipo de planes, y más si incluyen chorizos picantones, que es lo que ofrece Fran para el lunes por la noche aprovechando que Fidel se va a desplazar allí la noche antes a ver la final de la Eurocopa. Harto de que sus vecinos en el bar canten los goles antes de que lleguen a su televisor, el segundón decide irse a El Palmar, teletrabajar al día siguiente desde allí, y aprovechar la tarde para, milagro, proponer la celebración de un nuevo torneo de esta competición. Asegurada la presencia de ambos, la del ña está asegurada siempre que haya cerveza, así que solo queda un pequeño detalle, que alguien haga la compra. Teniendo en cuenta que Fran sale a las 17:30 de trabajar, y que luego va a pringar como cocinero, lo lógico es que el resto se encarguen de ello. Pero el tema es que cuando el anfitrión llega a las seis a su casa, se encuentra con que Fidel lleva tres horas en el sofá descansando con el aire puesto, homenajeando así aquellas visitas a lo cucaracha de David a Espinardo, todo ello para regocijo de un araña que acaba de llegar, y que no puede dejar de admirar cómo el alicantino está consiguiendo doblegar la voluntad de su hermano para que acabe yendo a hacer la compra (38° en la calle) mientras el medidor de sapos se asigna la ‘ardua’ tarea de ‘poner los mandos’. Y todo porque Fran está empeñado en comprar en el Rani, mientras que Fidel dice que no conoce ese sitio (está a dos calles) y que si va él lo hará en su super preferido de cuando vivía aquí, el MasYMas. Así que no le queda otra a Fran que embarcarse junto con David hacia su colmado de referencia, encontrándose por el camino con un ña que acaba de aparcar y que les acompaña para asegurarse de que compran viandas suficientes como para no quedarse con tanta hambre como JP aquel día que fue a visitarle. Y aunque el pan adquirido es una birria, la calidad/precio de los productos adquiridos recibe el vísto bueno de un top one que sin embargo tiene que retirar el visto bueno a ese viaje a Bélgica al que dijo que sí dos dias antes, pero luego lo pensó y vio que lo de poder cogerse ese día libre ssss…no, algo que David ya se temía. Lo que también se temía el unionense es que iba a tener que hacer de notario de ese sorteo que está a punto de llevarse a cabo, una vez que los ñass se han distribuido en el salón. Dado que todos tienen una edad en la que conviene tener la espalda apoyada, el araña se colocará en el trono mientras que los otros se apiñarán en el sofá. Antes de nada, el repaso a la clasificación sirve para conocer que si Fidel acaba segundo logrará el campeonato Chendo, y que esta competición lleva detenida desde 2022, lo que justifica que la Play 2 haya arrancado entre achacosos crujidos que llevan a Fidel a pedir su jubilación y reemplazo por una más actual PS3 (lanzada hace ‘solo’ 18 años). También merecería una jubilación el notario David, que parece más oxidado a la hora de apuntar las estadísticas que Anne Igartiburu (según Mariló Montero). Aunque los que realmente están jubilados son la mayoría de los nombres que se muestran en un menú de alineaciones en el que lo difícil es encontrar a alguien activo actualmente como jugador y no como entrenador. Porque sí, ya estamos a un par de clicks de que comience la acción con un duelo que une a los hermanos palmareños. Y que se inicia de forma canónica, con Fidel pausando el juego a los dos segundos de comenzar, y con Fran a continuación saliéndose por la banda. Un error irrelevante porque su Bayern es muy superior y acaba venciendo 3-0. En el segundo encuentro David se ve inmerso en una crisis, ha perdido el primer partido, va perdiendo este, y Fran es su pareja. Aunque la situación le huele peor que aquella vez que Fidel se tiró un cuesco en el coche, el anfitrión marca el gol de un empate que sabe a oro, más aún cuando el araña gana el tercer encuentro remontando con un gol antes del descanso a la pareja franrubeniana. Así que acabada la primera vuelta el galardón a hombre al que más le está costando recuperar el nivel va a manos de un Rubén que, por mucho aire acondicionado que esté puesto, tiene los huevos sudados. El hecho de que a su lado haya sentado otra central nuclear calorífica como Fidel, obliga a tomar medidas y encender también el ventilador de techo, un alivio para la pareja hot, pero también una oportunidad para que Fran empiece a emitir superhits por el nombrado ventilador, ya que incluye altavoz bluetooth. Así que si Rubén cuenta que hoy en el trabajo le ha tocado estar en información, pues el DJ ameniza con el ‘te infooormo’ de Sándalo mientras el ña comenta lo ocurrido con ese hombre que no ha querido que pasaran sus cosas por el arco de seguridad a saber por qué y se ha puesto farruco. El que se ha puesto Arrigo (Sacchi) es un Fidel que para evitar que el Bayern, que ahora es su rival, le pase por encima en el cuarto partido, tiene la duda de empezar a jugar sin laterales. Su hermano, abonado toda la tarde/vida al medaigualismo ante cualquier cuestión táctica que se le plantee, no evita semejante despropósito que, aunque dura menos que la visita a la Alhambra de Rubén, tampoco influye en nada. Aun recuperando los laterales el Bayern es superior y los no-palmareños vencen, lo que coloca a David en una situación sorprendente no hace mucho, a un partido de llevarse el torneo. El quinto encuentro está repleto de ocasiones pero la puntería está más seca que los ojos de un Fidel al que el aire del ventilador en el rostro no le está viniendo bien. Lo que le viene bien es ese 0-0 final que le deja a un paso de llevarse torneo y campeonato en caso de victoria en el ultimo duelo. Aunque si vence la pareja franrubeniana habría un cuádruple empate a puntos que obliga a desempolvar los estatutos, que determinan que un palmareño ganará el torneo. David no apuesta por su compañero Fidel, visto que al poco de empezar saca la guadaña y deja a su equipo con diez. Pero el habitual efecto manta que envuelve a Fran, y el hecho de que Rubén esté jugando…regular, permite a Fidel marcar dos goles que le convierten en ganador a unas horas en que ya deberían estar cenando teniendo en cuenta que se trabaja al día siguiente. Rapidamente se pone en marcha un operativo que se encuentra con un problema. Que al intentar liberar el enchufe en el que se iba a enchufar la plancha, la parte macho del mismo queda dentro y más enganchada que Hamilton en la puzolana china. La cosa se complica debido a que el otro lugar en que se puede enchufar la plancha es la habitación en la que Fidel se ha encerrado a hacer la Marquez-llamada, que nunca es breve. Porque dura lo suficiente como para que, pese a que los conocimientos en electricidad de los presentes tienden a cero, corten la corriente, comprueben que se ha cortado, desmonten el enchufe, retiren la pieza, vuelvan a montarlo todo, den la corriente, enchufen la plancha, preparen la mesa, suban la comida y escuchen los homófobos comentarios sufridos por los vecinos gays en la comunidad de un David que, indudablemente, es el ña que más relacionado está con el mundo gay. Quizá sea porque se le ve un hombre que habla sin tapujos y no tiene inconveniente, cuando el anfitrión se pregunta en voz alta por qué la salchicha roja está volando de los platos y la blanca fracasa, en contestar, mientras le mira con media sonrisa, ‘Fran, es que yo soy más de longanizas’