El motivo. Jugadores de fútbol sobrevalorados ha habido muchos, personas que quemen a Rubén aún más, pero combinar ambas facetas hasta el punto de servir como motivación para un campeonato, solo lo ha logrado Gerard López.
El logotipo. Simplemente Gerard, con esa sonrisa que compite con la de la Gioconda en enigmática. La belleza de lo simple.
El cartel. Incluyendo los menos elementos posibles que desvíen la atención sobre lo verdaderamente importante, el nombre de Gerard y la cara de Gerard, y con un fondo que combina con su camiseta, que no es ni la del Barça ni la del Valencia, ni siquiera la del Alavés. Tenía que ser la del Recreativo de Huelva.