Highlights. “¡Vivan los novios!” habrá exclamado, entre oliva y oliva, DavidPro en el caso de que se mantenga en el mundo de los vivos, algo que no está del todo claro vista su inactividad. Lo que con seguridad se mantiene vivo es su legado en forma de una competición que se reactiva cada vez que uno de los amigos de Fidel decide casarse. Porque es una boda lo que ha llevado esta vez al Rafa Márquez murciano a pernoctar en la sede palmareña, mientras que el motivo de David para acudir es doble. Primero la oportunidad de saquear la nevera franciscana con la excusa (como si la necesitara) de que esa semana ha sido el santo del anfitrión, y segundo una promesa del susodicho propietario de la sede (“te voy a dar el campeonato, David”) que dificilmente podrá cumplir. En cuanto a Rubén, y visto que llega a la sede avisando de que se encuentra en un estado DEFCON 3 de cagalera debido a un virus, está claro que su motivación no es gastronómica. Y no parece que habitualmente lo sea cuando desaprovechó la oportunidad de hincharse a bollos dos semanas atrás en un barbaconiano cumpleaños fidelero que dejó pasar, y cuyas acciones más destacadas fueron la falta de luces de Fran (de su terraza), que le obligaron a cocinar a oscuras, y la falta de brasas provocada, en parte por el retraso de David (de su llegada), y en parte porque la parrilla fue okupada por unas patatas que casi tuvieron que ser desalojadas por los GEOs visto que no acababan de asarse, tubérculos que, una vez más, fueron incluidos en el menú por un Fidel que se está jugando un campeonato patatas. Los que también están jugando, mientras Fran le resume a Rubén la barbacoa, son los jugadores del UCAM de baloncesto ante los del Baskonia, en un partido que el medidor de sapos tirará por tierra en cuanto entre por la puerta, repitiendo con tal insistencia su descreimiento/animadversión hacia el entrenador murcianista, que hace subir enteros en las apuestas la opción ‘campeonato Quintana’. Hay que entender en cualquier caso al madrileño, que debido al tráfico ha tardado más en llegar desde Molina a la sede, que en recorrer la distancia hasta la localidad molinense desde una Albacete en la que el hombre ya notaba sus testículos en estado Rubén de cocción. Por si eso fuera poco, el segundón acaba de vivir el momento ataque epiléptico en el portal cuando nadie ha acudido a su rescate. Y es que el exceso de equipaje le ha llevado a llamar por teléfono a su hermano para pedir que baje Rubén a ayudar (en lugar de llamar al ña directamente), a lo que se ha sumado que Fran ha colgado antes de escuchar dónde estaba aparcado el Focus fideliano. Y para rematar, el montepinarense, que ya bajaba a la calle sin indicaciones de hacia dónde dirigirse (aunque él mismo reconoce que no le hubieran valido de mucho vista su confusión entre izquierda y derecha), lo hace ademas habiéndose dejado el móvil arriba, provocando una situación absolutamente ñass. Afortunadamente todo eso es ya pasado y hay que mirar hacia un futuro que apunta caluroso. Si la sede ya de por sí retiene la temperatura, ese sofá de piel amenaza con convertirse en un horno alimentado por el acalorado Fidel, y por ese Rubén que conserva la costumbre de venir en pantalón largo, de tal forma que se produce la curiosa circunstancia que ambos rechazan ocupar plaza en él. Prefieren rebajar en otra parte su temperatura corporal mientras comentan el primer hecho lamentable de la semana (ese Enner Valencia haciéndose el lesionado en un partido internacional y huyendo en ambulancia de la policía), y mientras Fran (des)coloca los mandos, enciende la PS2 y, al ver que está puesto el juego de golf, informa a sus acompañantes de que ha ganado un torneo golfístico y se ha llevado mucho dinero. Al recibir esa información para la que no estaba preparado, el cerebro de Rubén sufre una regresión hasta aquel momento en el que el Aldi se quedó sin cajeras, y apenas supera su desconcierto (o estupor) contestándole con un “¿pero un torneo de verdad?, ¿a quién le has ganado?”, que no arredra la animosidad de un anfitrión que le informa de que ha quedado delante nada menos que de Tiger Woods y de Jim Furyk. Por suerte para la salud mental del grupo, esto rápidamente queda en el olvido ante la llegada de David, aunque teniendo en cuenta que lo primero que suelta el araña es que el otro día vio a un negro meando en la puerta del Olimpic, quizá lo del golf tampoco estaba tan mal. Obvia decir que ese incidente pasa a ser el tema central de conversación durante los siguientes minutos, de tal forma que el unionense se ve obligado a explicar, con pelos y señales, si se quedó mirando el evento (obvia decir la respuesta), si redujo la marcha de su vehículo para presenciarlo en su totalidad (obvia decir la respuesta) o si llegó a girar la cabeza una vez que su coche había rebasado al moreno miccionador para no perder detalle (obvia decir la respuesta). La conversación degenera hasta tal punto que los ñass acaban imaginando el Sandero davidiano circulando por la Senda de Granada y pasando por debajo de un amarillo arco del triunfo. A todo esto el que quiere triunfar es un Rubén que es el único que tiene en su mano llevarse a casa el campeonato Rafa Márquez, para lo cuál le vale con acabar el torneo primero o segundo. Algo que no desea su máximo rival, un David con el que formará la primera pareja de la noche. Enfrente un Fidel que desea despegarse la etiqueta de top manta antes de que acabe el campeonato y adherirla a su hermano, algo no muy difícil teniendo en cuenta el estado de un descompresor que necesita 65 minutos para darse cuenta de que está jugando con el PSG y no con la Fiorentina. Pese a ello, los no-palmareños tampoco se lucen demasiado y apenas acierta a marcar David tras el saque de una falta. La siguiente pareja del araña es un Fran que le hace presagiar lo peor, pero sorprendentemente (o quizá debido a que comienza el terrorismo musical) el Niza supera en ocasiones a la escuadra donostiarra. El problema es que estas oportunidades siempre caen en pies de un amante de los maleteros que no acaba de definir. Hasta que ya en la segunda parte, el hombre recibe un pase que le deja ante un guardameta que queda regateado, superado,... y ojiplático al ver cómo, con toda la portería por delante, el balón acaba dibujando una parabólica trayectoria por encima de su larguero cual micción en el Olimpic. Tras ese 0-0 es Rubén el que escucha, además de una colección de temas infames que le hacen preguntarse por qué no está en su casa oyendo rock progresivo, a Fran diciéndole implícitamente ‘acompañameeee’. Lo que también está implícito es que hay que acompañarlo a la derrota, aunque al menos le queda al top one el consuelo de que el Maccabi cae por la mínima ante un rival más potente, y el cachondeo de que su portero sea el Papa Juan Pablo (lo que lleva al espinardense a recordar a aquel hombre de extraño nombre que mientras orinaba se giró hacia él diciendo “un saludo al Papa”), y el de que su delantero centro sea un centro comercial (Prica), que obviamente es rebautizado como Carrefour. La otra buena noticia para el ña es que llega la hora de la cena, aunque teniendo en cuenta su estado estomacal quizá no sea tan buena noticia para los inodoros franciscanos. Para el que sí que es un gran momento es para un David que no las tenía todas consigo en cuanto a si iba a poder matar esa gusa con la que acudió a la sede. Pero sí, hay suficiente comida pese a que el anfitrión está de baja y lleva una semana sin comprar comida y sin poner la lavadora, lo cual da pie a conocer que el ña lleva meses sin lavar ni hornear debido al suicidio progresivo de sus electrodomésticos. Un tema que habría dado más juego durante el ágape de no ser por el segundo hecho lamentable de la semana. A dos jugadores del Eibar (Enrich y Luna) les dio por grabar su trío sexual en un vídeo que ha pasado estos días por todas las redes sociales, y por las córneas de un David que de nuevo se ve obligado a dar pelos, señales, y en este caso formación táctica. Un 1-1-1 que no dejó a Enrich precisamente las mejores vistas (si no contamos a la chica), motivo por el cual al parecer el hombre pasó todo el tiempo con los ojos cerrados. El que no quiere cerrar, en en este caso la boca, es un señor Baños que no se conforma con las viandas consumidas y espera un postre a la altura. Finalmente tiene que conformarse con un paquete de galletas de chocolate cuyo sistema de apertura y cierre casi le dejan sin probar bocado, al convertirse para él en una combinación indescifrable ante la hilaridad general. Poco le importa cuando el que más motivos tiene para sonreír es él. Es líder en solitario y además va ganando el cuarto partido por 3-0 en compañía de Rubén. Hasta que Fran le recuerda que esa goleada está dejando al top one una diferencia de goles tan buena que casi le asegura esa segunda posición que necesita para llevarse el Márquez. Casualidad o no, en los últimos minutos llegan un penalti a favor de los hermanos italianos, otro gol de Fidel y, ya en el descuento, un balón perdido que el portero francés no alcanza, y que cae a pies de un Fran que lo regatea para, a portería vacía,....(para que seguir). Llega a continuación el quinto encuentro, ese en el que todos empiezan a hacer las mismas cuentas y a tener las mismas conversaciones de siempre, aunque esta vez David se embauca de tal forma que llega a la conclusión, ya no de que para él el partido importante es el último, lo cual es cierto, sino que incluso afirma que en éste le conviene perder (¿?). Teniendo en cuenta además que su pareja es un anfitrión más pendiente de mantener el ambiente musical en la sede (y en el resto del vecindario, ya que las ventanas siguen abiertas y es medianoche) que del juego, el duelo se relaja de tal forma que mientras Rubén recuerda a Natalia Estrada (al parecer jugadora donostiarra), Fran casi se ahoga de la risa cuando alguien indica que su jugador está llegando desde la segunda línea, y al descompresor le viene a la mente la visión de Enrich en el renombrado vídeo. Pero ojo que, tras el 1-4, el que parece llegar desde la segunda línea es un agente tributario que ahora tiene en su mano ya no ganar el campeonato, sino hacerlo además ganando el torneo a un David al que le viene a la mente la frase de Fran: “te voy a dar el campeonato”. Y estrictamente hablando es así, puede hacerlo, pero no con su buen juego, sino hundiendo como pareja a un ña que no será campeón si cae por 2-0, o si lo hace por 1-0 y recibe una amarilla más que Fidel. Pero pese a la tentación continua de soltar una patada, pese a fallar a medio metro de la portería un gol cantado en la primera parte, y pese a contar como compañero con alguien que ya es con seguridad el top manta del campeonato, el partido no tiene mucha historia para el amante del rock progresivo, y acaba con un 0-0 que provoca lo siguiente: que los vecinos puedan descansar y dejar de sentir vergüenza ajena por lo que están oyendo (es la una de la mañana), que David se marche sin más premio en las manos que un libro de química de 2 kilos de peso (que Fidel se ha empeñado en devolverle), y que Rubén le acompañe, cargado con un torneo y un campeonato, camino de ese ascensor donde un cartel avisa, y visto lo visto con razón, ‘cuidado con abrir a personas ajenas al edificio’
viernes, 7 de octubre de 2016
lunes, 11 de julio de 2016
Highlights. Son las once de la mañana de un caluroso lunes de Julio, y los hermanos Martínez yacen sudorosos en un sofá cuya piel amenaza con fusionarse con la de ambos, todo ello mientras en la televisión Fernando Esteso, tras salir del bingo junto a Andrés Pajares, pregunta a una mujer negra ‘¿vamos a tu casa, o está tu marido Kunta Kinte?’. Una sorprendente escena (la de la sede palmareña, no la de Los Bingueros), teniendo en cuenta que el hermano menor debería estar en ese momento a 400 kilómetros de ese sofá, y que el mayor, aunque más cerca, también debería estar trabajando, justo como hacen unos Rubén y David que en ese momento no sospechan nada de ese torneo de ñasspro al que han sido convocados por un Fidel que ha decidido que es un buen día para cambiar el disfraz de segundón por el de araña. Algo que desconoce un ña que, acalorado y recién comido, aporrea la puerta de la sede a las cuatro de la tarde, la hora a la que fue citado por el aficionado a medir sapos. Pero por allí no se escuchan ni sapos, ni perros del vecino, ni nadie perteneciente al genero humano. Lo único que se oye en esa escalera son las gotas de sudor cayendo por la frente de Rubén, aunque afortunadamente antes de que la primera de ellas llegue al suelo ya está la puerta del ascensor abriéndose para dar paso al anfitrión. Una vez que la sede queda inaugurada, y la entrepierna del espinardense refrigerada, llega la hora de preguntar dónde está Fidel si se supone que los Fernández venían de una comida familiar. No le queda otra a Fran que confesar que, tras convocarles a las 14:30, su hermano les había hecho finalmente la cobra y no se había presentado. Un mal presagio que se confirma cuando, a las 16:30, el residente en Madrid da sus primeras señales de vida con un escueto ‘voy’, que llega a los teléfonos ñasseros casi a la misma vez que David hace su entrada en la sede sorprendido de no ser el último en aparecer, y cabreado de pensar en esa siesta que no se ha pegado y que tanto necesitaba, (y quién sabe si también porque alguien le esté usurpando el calificativo de araña). Así que dado que están todos salvo el convocante, no queda otra que esperarle, aunque al menos la actualidad siempre da motivos para que nuestros ñass le den a una de sus pasiones, rajar. La campaña #todossomosmessi dirigida por el F.C. Barcelona en apoyo (¿?) a un Messi condenado por defraudar a Hacienda, es un buen combustible para David y sobre todo para ese hombre que ahora es agente tributario, y del que por cierto resulta sorprendente lo rápido que ha llegado hasta la sede pese a que es al que le pilla más lejos. No le queda otra al ña, ante las inquisiciones sobre el tema, que confesar no ya que come en casa de sus padres de forma habitual, sino que en cuanto engulle el último trago sale disparado casi sin despedirse, de tal forma que para cuando su madre se quiere dar cuenta su hijo está ya viendo el cartel de ‘Bienvenido a Montepinar’, demostrando una velocidad de reacción (y falta de protocolo) digna de cierto personaje cuando veía el cartel de ‘Bienvenido a Totana’. A todo esto son ya las cinco de la tarde, y dado que ya se han tocado todos los temas comunes (como la playa de Calblanque, con un Rubén que se quema porque los residentes en Los Belones sí puedan entrar en coche), no queda otra que lanzar la campaña #todossomosfidel para apoyar a ese hombre que, 75 minutos después de lo previsto, hace acto de presencia. Y puede que sea porque el aire acondicionado ha enfriado los ánimos, o quizá porque las disculpas fidelianas han sido aceptadas, pero finalmente el único castigo para el segundón/araña es quedar fuera del sofá y tener que rozar su peluda pierna con la de Rubén desde el taburete. Aunque hay otro castigo añadido que es tener que recolocar los mandos, porque su hermano, pese a tener más tiempo que nunca (o quizá por ello), los ha situado de tal forma que en el menú del juego ya no es que aparezcan los colores de los jugadores intercambiados, es que aparecen nuevos colores nunca visto como el verde, e incluso otros que probablemente bordean el espectro visible. Tal es el batiburrilo organizado por el devorador de periódicos que por primera vez Fidel se ve superado y necesitado de ayuda para la recolocación (o acomodamiento, como diría Di María) de pads, aunque finalmente lo consigue y el torneo echa a andar sin (más) demora debido a que uno de los participantes se tiene que ir pronto. El (auténtico) araña no se puede quedar, y se va a perder por tanto la cena en la terraza, motivo por el que suplica que reservemos y no lancemos a la plancha esos choricillos que, pese a llevar seis meses en la nevera franciscana, David prefiere que se queden ahí esperando el día que él pueda saborear semejante exquisitez (3,50€ en Carrefour, por cierto). Su pareja en el primer partido responde al apodo de top one, aunque no parece demostrarlo en el terreno de juego. La fraternal pareja rival se sitúa 2-0 mediada la segunda mitad y hunde de tal forma a los no-palmareños que Fidel les levanta el ánimo con un ‘tranquilos, que al final acabaré top manta’. Una frase que resulta todo un tiro en el pie, casi tanto como ese autogol villarrealense a saque de esquina que dejará el marcador final en 2-2, para alegría de David y de un ña que se equivoca gravemente en el segundo partido. Pedir a Fran que elija equipo es exponerse a que sufra el síndrome del ‘ande o no ande, equipo grande’, cuyos efectos son un sobradismo a la hora de jugar (también conocido como Efecto Brasil, ya que el primer caso registrado le ocurrió con esa selección) que deviene en una chuponeria para con el balón superior a la normal, y también una propensión a arriesgar en defensa más de la cuenta, algo que en la primera mitad le costará a su equipo dos perdidas de balón, suponiendo una de ellas el gol que al final conllevará la derrota franrubeniana. El tercer partido es una incitación al racismo porteril, ya que el Ajax resulta tener un guardameta negro, Vermeer, que se traga todo lo que le tiran (dos disparos) en los primeros 45 minutos. En otros días esto habría motivado (como si necesitara un motivo) una airada reacción contra todo lo negro por parte de David, pero en esta ocasión no solo no hace ningún comentario ofensivo, sino que tampoco sustituye a un guardameta que de hecho cuaja a una gran segunda parte, pero el daño ya está hecho y pese a la mejoría de la pareja manta ésta acabará cosechando un 0-2 que complica su golaverage. Aunque el que lo tiene complicado de verdad es el descompresor, un Fran recién bautizado por el señor Baños como ‘Maradona, el rey de las rayas’ (por su afición a rebasar líneas de banda), que se dedica a echar cuentas no solo antes del cuarto partido, sino incluso durante el mismo. Tal es el empanamiento que su hermano tiene que detener el encuentro y reconducirle, aunque no sirve de nada. El Celtic se adelanta en el marcador y pone a Fidel cerca de su primera derrota de la tarde. Sin embargo, en una despelotada acción, dos defensores castellonenses convierten un disparo rival poco peligroso en un despeje hacia atrás que se dirige irremisiblemente hacia su portería sin que ninguno llegue a evitar el tanto, confirmando que el submarino amarillo es experto en autogoles, y animando a unos hermanos que se acaban llevando la victoria con el gol de un Fran que se envalentona por su capacidad goleadora (‘llamadme pichici’) y recibe su merecida respuesta por parte del dueño del batmovil (‘te llamaremos matao’). Y aunque es cierto que el amante de los maleteros es último en la clasificación, resulta que las cuentas le dejan como único candidato a arrebatar la victoria a un Fidel que no es el único que hoy se traviste. Porque si el segundón se ha colocado hoy el disfraz de araña, ha dejado disponible el de guarro oficial para regocijo de un Rubén que afirma estar muy cómodo dentro de él, reconociendo cierto gustillo al dar patadas. Algo más que eso tendrán que hacer en cualquier caso él y su franciscana pareja en un quinto partido que no puede empezar peor y a la vez mejor para ellos. Y es que tras una primera parte en la que apenas se han enterado de nada, llegan al túnel de vestuarios con un 1-0 a favor que promete a poco que mejoren. El tema es que esa mejora en el juego acaba siendo contraproducente. Un gol davidiano a falta de quince minutos convierte el encuentro en uno de esos en que se palpa el nerviosismo de los jugadores, en unos de esos en que las ocasiones se suceden en ambas áreas, y en los que un jugador, llamemosle Fran, puede pasar de la gloria de luchar por la primera posición (ocasión en el minuto 92), a ver como un minuto después está tirándose al cesped como un cerdo para cazar a otro jugador (llamemosle David), al que ni las faltas pueden frenar, y que regala el gol de la victoria a su compañero. Un compañero, llamemosle Fidel, junto al que se desparramará por los suelos celebrando el tanto, y que no solo no ha cumplido su propia profecía de acabar top manta, sino que ha ganado el torneo a falta de un partido. El partido que une a un David que se conforma con un empate para ser segundo y recortar puntos en la clasificación del campeonato, y a un Fran cuya moral está donde hace unos momentos retozaba la pareja fideldavidiana, lease, en el suelo. David intenta animar a su compañero a que logre una victoria con la que endosaría el top manta a Rubén, pero levantar esa losa con la palabra perdedor que el hombre parece llevar enganchada a su espalda, le va a resultar más duro que asistir a uno de esos festivales de rock progresivo típicos del ña en los que la primera canción dura 35 minutos. Más tiempo de lo que duran las esperanzas de un unionense que se resigna a caer hasta las profundidades arrastrado por esa rémora que le agarra la pierna, y que aún intenta justificarse con que nadie ha marcado más goles que él, pese a que cierra la clasificación, igual que poco después cierra la puerta a un David que se tiene que ir, y que por tanto se pierde esa partida de Buzz donde los jugadores intentan nombrarse con las atletas del momento (Mamona, Lalova y Putalova), y esa cena en la terraza que cierra la jornada de la misma forma en que se inició, con una película hoy en día políticamente incorrecta (en la que se llama ‘pavas’ a las mujeres, o se le dice a un niño ‘enano cabrón, que te arranco los huevos’), y que además va como anillo al dedo a un Fidel que ha logrado vencer tras tres top manta consecutivos, ‘Este muerto está muy vivo’.
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viernes, 27 de mayo de 2016
Highlights. Suena el timbre en la sede franciscana y al otro lado de la puerta espera un Fidel tan sonriente y relajado que cualquiera diría que acaba de hacerse 400 kilómetros en coche. Llega además de con una puntualidad exquisita, con un talante positivo que demostrará a lo largo de la noche no mostrando el más mínimo atisbo de quemazón para con nada. El que aparece poco después es un Rubén que, no solo no ha puesto ninguna pega en quedar un viernes, es que además llega a El Palmar incluso antes de la hora anunciada. Quizá porque sabe que el anfitrión les está esperando para agasajarles con un litro de cerveza bien fría y todo tipo de aperitivos. Aunque el plato fuerte será la llegada de un David que, no solo no se queja por tener que ver un partido de baloncesto antes de empezar a jugar, es que además aparece en la sede armado con sendas bandejas de pasteles de carne y empanada que desatan los gritos de ‘Alfredo, Alfredo’ entre la concurrencia. Ni siquiera el hecho de tener que bajar de nuevo a comprar más cervezas rompe la paz emocional de un araña encantado de invitar por su cumpleaños... ¿Suena todo esto a ciencia ficción? ¿Al sueño húmedo de un DavidPro cuya competición hiberna desde 2015?. Pues sorprendentemente no, todo lo relatado más arriba es real. El campeonato Rafa Márquez va a continuar y todo gracias a una despedida de soltero, la que ha traído a Fidel hasta esta ciudad y por tanto a este sofá en el que ahora se despatarra de una forma tan proporcional para con Rubén y Fran como cuando les dividió aquel famoso brazo de gitano. La falta de espacio para las piernas, y por tanto de ventilación, es un problema aún mayor para un espinardense que no solo ha traído los huevos ya cocidos de casa, es que además ha tenido la mala idea de venir en pantalón largo en la tarde más calurosa del año. Mucho más inteligente ha sido un Fidel que luce pantalón corto y que acaba de pasar por la ducha para rebajar esa temperatura inguinal elevada tras cuatro horas de coche. El problema del segundón es otro, que los mosquitos se están cebando en su pierna, aunque él no es el único en apuros. También Fran tiene una incidencia de la que acaba de percatarse. Que para poder ver el partido de playoff entre UCAM Murcia y Real Madrid, tendrá que sintonizar Teledeporte, canal que en su casa se ve lo mismo que en la de Tamara Falcó cocinar. No queda otra que, en el colmo del pirateo, buscar por internet la señal de un partido que se emite en abierto. Partido del que David, con interés cero más allá de saber si hay negros-negros en él, solo tendrá que tragarse la segunda mitad. Porque el cumpleañero llega el último pero bien cargado de comida, no así de bebida. Pese a haber instado en los días anteriores repetidas veces a Rubén, cuyo cumpleaños también ha sido recientemente, a comprar bebida, el montepinarense se ha agarrado a esa botella de vino que permanece en el frigo franciscano desde el verano pasado, para justificar su inacción absoluta en lo referido a nuevas compras. Lo peor es que el tono irónico de Fidel ‘tranquilo David, Rubén ha traído cinco cervezas’ no es interpretado correctamente por un araña que piensa que el tema cerveza está por tanto resuelto, pero que se encuentra a su llegada con que no es así. Lo sorprendente es que el unionense, quizá por no contribuir a ese nuevo sambenito de ‘quemado oficial’ que ha adquirido en las últimas semanas, no solo no se enfada, sino que además baja con Fran a comprar más cerveza al chino. No sabe que le espera un choque intercultural, o más bien idiomático, que será recordado durante años. La cosa empieza a torcerse cuando el araña entra y se dirige a la zona de refrigerados, no viendo allí litros de cerveza. Desconcertado, repasa de arriba a abajo las estanterías para finalmente aceptar que allí no está lo que busca, y que tendrá que hacer uso de ese habla que suele resultar poco comprensible a los ciudadanos extranjeros para comunicarse con el dueño y conseguir así su bebida. Su “¿tiene litros de cerveza?” parece ser comprendido correctamente por el oriental propietario, pero este contesta con un acento tan cerrado que ahora el unionense se siente como la amiga italiana de Peri cuando le escuchó rajando en YouTube. Confuso, no habiendo entendido ni papa, y teniendo que continuar la conversación, el cerebro de David trabaja rápidamente reconvirtiendo el “Ɵ%mӇu%trȜlla” del chino, en un “tenemos Mahou y Estrella” y además, en un alarde de lucidez, decide preguntar a Fran si en casa hay ya Mahou o Estrella. Una maniobra que le permite ganar tiempo, y gracias a la cual comprueba si su acompañante ha entendido lo mismo que él. Y sí, ha entendido lo mismo que él, absolutamente nada. En cualquier caso esto es un paripé, ya que lo que David quiere comprar es Mahou, así que, decidido, pide un par de litros de Mahou. El dueño del local es ahora el que queda al borde del ataque epiléptico ya que según él ha dejado claro que no tiene Mahou y, en un tono próximo a la quemazón o la desesperación, suelta una parrafada ininteligible de la que nuestros protagonistas solo entienden “mau, mau, mau”. Por no liar más la situación, David se limita entonces a pedir dos Estrellas y, antes de que termine de hablar, ya las tiene en el mostrador, casi como si el hombre se las hubiera sacado de la entrepierna. Solo queda saber cuánto es, y aunque según nuestros protagonistas el chino les responde con un futbolístico “Mahou 2 - Estrella 3”, el cerebro del unionense ya ha aprendido que debe discriminar todo lo que suene parecido a “mau” y le ordena depositar los tres euros antes de salir, por fin, de allí rumbo a una cena que curiosamente será la única parte de la velada en la que alguien se queme con algo, aunque muy levemente. Y eso que prometía mucho un David que en las últimas semanas había llenado bytes y más bytes de quejas en el grupo de whatsapp sobre los más diversos temas, siendo claro candidato a destronar al ña como quemado oficial. Una quemazón que bien pudo empezar aquella noche en que, tras jugar al pádel y llegar a casa, se encontró sin agua para tirar de la cadena ni para ducharse, situación la primera que pudo ser resuelta gracias a un cubo de agua sucia de fregar, pero no así la segunda, que se dilató durante 48 interminables horas. Tras ese pistoletazo de salida las esteladas, los que prohibieron las esteladas, la directiva del Barcelona por recurrir la prohibición de las esteladas, Xavi Hernández por sus declaraciones sobre pitar el himno, Ada Colau y Manuela Carmena, Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, la liga inglesa, los sevillanos, el Cholo Simeone, o Cristiano Ronaldo, recibirán su colleja, con una mención especial para un Paco Buyo cuyo enfrentamiento con Pier merece de forma objetiva pasar a los anales de la estupidez (“¿como te va a llamar Redondo a estas horas desde Argentina?”). Una quemazón davidiana que en la sede no se muestra como estaba prevista, quizá al haber sido atemperada por la futura adquisición automovilística del dueño del batmovil, vehículo que será jubilado en breve (en cuanto se le vacíe el maletero) para ser relevado por un Dacia Sandero del que curiosamente nadie hace rima. Como tampoco nadie se apunta a ser el quemado de la noche. Con David apenas rajando de Ada Colau y Buyo, y Fidel solo quemándose por tener que cortar la empanadilla, Fran tampoco parece ser el hombre pese a que su hermano le ha dado pie cerrando la puerta de la casa con la misma finura que Pepe, mientras que la mayor queja de un desconocido Rubén es decir que el Vaya Tela ha bajado la calidad. Ni siquiera que se corte el streaming del igualadísimo partido de baloncesto en los segundos finales hacer hervir la sangre a nadie, de tal forma que lo más agitado de la cena resulta ser el carcajeador ahogamiento de Fran al rememorar el ña los diversos episodios de plagas insectivoras y larvarias sufridas en sus hogares. Y aunque el anfitrión también tuvo su visita inesperada en forma de murciélago, son ya las once de la noche y no es hora de recordar ese episodio sino de empezar a jugar un torneo en el que nadie quiere postularse como favorito. Fidel, porque sale a top manta por noche desde que empezó este campeonato. Rubén, porque su palazoniano personal trainer últimamente no tiene ganas de jugar (lo que lleva a rememorar aquel día en que al Míguel se le salieron los ojos de las órbitas y no quiso seguir jugando). David, que se juega el liderato con el ña, quizá teme cagarla como siempre que va en cabeza. Y ni siquiera el amante de los maleteros rezuma su inconsciente optimismo habitual. Así que para unos jugadores de perfil bajo, nada mejor que empezar con equipos de un perfil aún más bajo. Ni el Braga, que tiene más ocasiones, ni el Celtic, que las tiene más claras, parecen capacitados para marcar un gol hasta que el partido da un vuelco con la tarjeta roja que un riguroso colegiado muestra a David. "No te digo nada y te lo digo todo" exclama a su hermano un Fidel tan deseoso de aprovechar la superioridad como imprudente al cometer apenas unos segundos después una entrada tan similar a la anterior que nadie duda que va a ser roja. De perdidos al río pasa a ser la filosofía de unos guarros portugueses que, una vez abierta la veda, frenan el juego rival con una dureza que les cuesta dos expulsiones más en el descuento. Pese a su manifiesta inferioridad, el segundón está dispuesto a disputar una prorroga. Es más, se empeña en convencer al resto de que en este formato un partido no puede acabar en empate (como si no hubiera suficientes criterios de desempate en caso de igualdad final), igual que se empeña en que de cara a las estadísticas se considere roja la amarilla de Fran que costó la expulsión de un jugador. Un embaucamiento que se le perdona teniendo en cuenta que han pasado meses desde la última vez que se jugó, una inactividad que queda patente viendo la cantidad de franadas (salidas del campo) que se producen en un Lazio-Roma en el que no se puede culpar a los muñecos, sino a los ñass. Eso sí, destacando por supuesto en este aspecto un devorador de periódicos que, cansado de las burlas por sus excursiones más allá de las líneas, sorprende a la concurriencia con un “¿que me salgo? ahora sí que me voy a salir” seguido de un gol por la escuadra que adelanta al equipo fascista. Equipo que según Fidel fichó a De La Peña porque iba con la cabeza rapada (lo de Mendieta debió ser la excepción que confirma la regla), y que da pie a una interesante conversación sobre los fichajes italianos de los 90, la Parma, o ese Milán fichando a Javi Moreno y a un Jose Mari del que solo Fran conocía que se apellidaba Poyón, para regocijo general. Entre tanto el partido acaba y con 2-1 para la pareja manta, lo que deja a Fidel como el único sin saborear victoria. Y tendrá que esperar visto que Liverpool y Celta no son nada del otro mundo, y que por no hacer no provocan ni tarjetas. Nada que no se pueda resolver en el primer partido de la segunda vuelta que se inicia a continuación. Ahora son Rubén y David los que llevan al Braga (rebautizado como calzoncillo a partir de ese momento) que en teoría es inferior al Celtic. Pero un gol en lo que parece fuera de juego adelanta a unos no-palmareños que se entonan. El araña deja solo a un azorado espinardense que, pese a escuchar la palabra mágica ‘enchufa’, no hace ni siquiera ademán de coger el cable y dirigirse al enchufe, sino que prefiere pasar el marrón a su compañero pese a que viene siete kilómetros más atrás. Tampoco se muestra muy ducha la pareja en un saque de banda que se eterniza porque uno no ve al otro, demostrando menos entendimiento que David y el chino en esa conversación que ya ha pasado a ser mítica pese a que se ha producido apenas hace un par de horas. No necesitan en cualquier caso mucho más para derrotar a un Celtic que no puede convertir en nada su dominio, lo que anula cualquier posibilidad de victoria de Fidel, y deja a Rubén y Fran enfrentándose para jugarse el torneo con David. Será el anfitrión el que haga pareja con un araña que empieza a no ver las cosas claras ante la tupida defensa romana. Fidel, en su momento de gloria, marca el gol que da la victoria a los laziales y mantiene la posibilidad de evitar al fin el top manta. Necesita ganar el último partido, como también tiene que hacerlo su davidiana pareja si quiere ganar el campeonato. Sin embargo, el Celta es demasiado equipo y ambos acaban por detrás de Fran y de un Rubén tan obsesionado con las flechas de los jugadores (“Pareces Chendo obsesionado por cómo la tienen”) como bien posicionado para ganar este campeonato de nunca acabar.
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