Highlights. El llenado de una botella de agua supone el pistoletazo de salida de un nuevo campeonato. Y no es que ahora las competiciones se inauguren como si fueran la botadura de un barco, es que es justo cuando Fran se dirige hacia sus macetas con la susodicha botella en la mano, dispuesto a regar las plantas, cuando suena el timbre de una puerta tras la que se encuentran no uno, sino dos ñass. Unos Fidel y David que se reparten el sofá pero no el mando, monopolizado como siempre por el primero. Su sesión de zapping se abre con un corrupto valenciano, autocalificado como ex-yonki del dinero, y que ahora luce un hippiesco aspecto tras un 'viaje interior hacia afuera', y continúa, ya con Rubén en el interior de la sede, con personajes como Pilar Rubio, Sanchez Dragó, Miguel Bosé, Victoria Abril, o una Silvia Tortosa que, pese a su edad, embauca (no tanto como Natalia 'galletas' Estrada, eso sí) a un ña que se justifica alegando que tampoco es que él sea un yogurín ( 'que tenemos casi cuarenta...o sin el casi)'. En cualquier caso las apariciones realmente relevantes son las de una Bibi Andersen que provoca la hilaridad de todos cuando se desvela que su nombre de pila era Manolo, dato solo conocido por Fidel, y sobre todo de un Alejandro Sanz que es de dominio público que altera al segundón, lo cual lleva a Rubén a proponer bautizar el nuevo campeonato con su nombre (el de Alejandro, no el del ña). Una potente candidatura que se enfrenta a la de un Fidel que propone designar la competición con el nombre de su alter ego, Rafa Márquez, y a la candidatura franciscana de toda una familia, los Flores. La decisión es clara a favor de estos últimos debido al factor Brico-Centro Fermín. Y es que el ña desvela que fue en este lugar en el que primero se pensaba, y luego se cagaba (al menos dos de cada tres días) donde el top one se hartó de escuchar las tonadas de Antonio y/o Rosario. Por su parte el araña desvela que su hermano está cansado de que le miren el culo los médicos (de forma profesional, claro), mientras que Fran informa de la tentadora oferta que ha recibido. Una Xbox 360 pirateada por 50 euros que no despierta el entusiasmo de unos ñass tan anclados en la tacañería como en el inmovilismo. Su única concesión a la modernidad es pasar a jugar con un PES 2014 que sigue siendo el mismo juego, salvo que parece más fácil marcar, dato que corrobora el que Fran solo necesite siete minutos para inaugurar el marcador en el primer partido. Su pareja es el top one, y enfrente tienen a unos germánicos David y Fidel que descubren que centrando balones al área es suficiente para golear. Realmente poco mas hacen durante los 90 minutos, por lo que no es de extrañar el 2-2 que refleja el marcador cuando Fran y Rubén botan el que parece último saque de esquina del encuentro. Corner estéril que provoca un contraataque con sorprendente desenlace. El top one no escucha a su compañero que le pide parar el juego con una falta, mientras el anfitrión se dedica a retrasar tanto a su jugador que, situado en Torremolinos, evita cualquier posibilidad de que haya fuera de juego en esa jugada que David culminará con el gol de la victoria. Esto provocará un mal rollo Rubén-franiano que sin embargo quedará en nada en cuanto arranque el segundo duelo. Lo que sí continúa es el mal estado del mando del experto en descompresiones, (aunque nadie detecte una merma en su rendimiento, lo cual lo dice todo sobre su nivel de juego), y también la mala suerte de una pareja que en esta ocasión llevará a Rusia. Los sovieticos, pese a adelantarse en el marcador ante unos alemanes que siguen sin jugar un pimiento, volverán a caer. Un saque de esquina germano es rechazado por la defensa y, desde 30 metros, un jugador teutón golpea una volea con tantas probabilidades de acabar en gol como el que sea verdad que en la planta de arriba Fran tiene mujeres escondidas. La sorpresa se produce cuando un defensa ruso se interpone en la trayectoria del esférico despistando a su portero, y dejando con el pecho el balón franco para que un alemán la empuje a gol. No será la última de los programadores de Konami, y es que de nuevo en el tercer encuentro one y manta perderán tras encajar otro inverosímil tanto. Jugador alemán que penetra en el área y es golpeado por un defensa italiano, el árbitro que se abstiene de pitar nada, el balón que sale rebotado hacia las alturas, y el alemán que hace un giro de 360 grados mientras el portero sale a ver qué pasa. Y lo que pasa es que al acabar esa bisbalesco giro, el balón cae a los pies del delantero que solo tiene que empujarla a portería vacía. Con este gol David y Fidel cierran la primera fase con el pleno de puntos, y dan paso a una cena que el segundón ameniza con veinte minutos de una cutre peli de lucha en la que hay golpes y no palabras. Será Rubén el que las ponga, relatando su examen para dejar de ser auxiliar administrativo (profesión que él asocia a determinadas actividades bucales), y pasar a convertirse en agente tributario, algo que seguro que se le da mejor que la gastronomía. Y es que 'tostada de sobrasada con mantequilla' es un engendro que supera al posterior 'chorizo con sobrasada' perpetrado por David. Platos que rápidamente quedarán en el olvido, pero que tardarán más en abandonar el estómago de unos ñass que temen el efecto post-cena. Sobre todo un araña al que le cuesta concentrarse ante los flashback que sufre su mente. Y es que jugar bien mientras te llegan visiones del mamporrero o la totanera es complicado, sobre todo cuando no lo has hecho en toda la noche. Es por ese mediocre nivel de juego por lo que, pese a la eliminación, se marcha contento un unionense que avisa de que sus diez puntos no serán fáciles de igualar, y al que le llega un último flashback, el del día aquel en que Fran aseguraba que ganar el mundial con Brasil estaba chupado. A todo esto Rubén parece estar analizando cómo le afecta este resultado de cara al campeonato, o bien se ha embarcado en un viaje hacia el interior que le ha embaucado, porque abandona el salón habiéndose dejado en la sede ese objeto que cierto conductor aficionado al Red Bull uso para calificarle, nada menos que sus...¡gafas!
