Highlights. Fran parece haber descubierto una forma de que los ñass llamen a su puerta. Le basta con subir a la terraza a regar para que suene el timbre de su hogar. En esta ocasión el perro de Pavlov que aparece cuando se abre la puerta es un Rubén que no ceja en sus respuestas insinuantes para con el anfitrión. 'Me como lo tuyo' es lo que le suelta sin importarle nada que Fidel, en esta ocasión el más madrugador, esté también por allí. Con el que el top manta tendrá que buscar alguna otra táctica distinta a la del riego para que aparezca es con David, ya que el araña, aunque ya ha avisado de su retraso, hace acto de presencia nada menos que a las nueve menos cuarto. Para el primer partido Rubén, que va a compartir velada con Fran, decide comenzar a jugar con el Fenerbahce, aunque pronto se da cuenta de su error. No ya por elegir un equipo mediano pese a la recomendación de su compañero, sino que el error es el propio compañero. El top one comprueba como en 15 minutos les disparan al poste, les pitan un penalti perdonándoles la roja, y les meten un gol, y aún agradece que el equipo contrario lance el penal a las nubes dando la posibilidad de empatar, algo que acabarán logrando, pero que apenas dura ante la superioridad david-fideliana. De cara el segundo encuentro, y visto que no puede cambiar de compañero, el montepinarense cambia el nivel del equipo y escoge una escuadra top como el Bayern. Aunque lo primero que hacen no es precisamente fútbol exquisito, sino cargarse de una patada al Robben del equipo contrario, lo que les ayuda, ante la quemazón de Fidel con la permisividad arbitral, a llevarse un partido en el que juegan "regular". El turno de elección es entonces de un David que comienza su trilogía de equipos flojos con el desconocidísimo Stade Rennais. Es un partido que araña y segundón tienen en su mano, volviendo incluso a disponer de otro penalti a favor. Pero de nuevo lo fallan y acaban concediendo una prórroga pese a tener ocasiones claras incluso jugando con un futbolista menos. Los 30 minutos extra acaban desembocando en una tanda en la que los fallapenaltis no confían. Y cómo hacerlo cuando vuelven a fallar 3 de los 5 para entregar el punto a los incrédulos Rubén y Fran. Es ya la hora de cenar pero Fidel quiere seguir, quizá porque cree que ya ha agotado su cupo de mala suerte. Probablemente se lo habría pensado mejor de saber que con el flojo Heracles nadie iba a ser capaz de marcar en 120 minutos, abocando el duelo de nuevo a los 11 metros. Y lo cierto es que la tanda les va algo mejor, pero solo algo. Acaban llegando hasta un sexto lanzamiento en el que Fran, como portero, se excede con el botón de pausa alegando que está "visualizando el disparo" de su hermano. Esto provoca inicialmente la hilaridad general, pero luego, cuando el anfitrión adivina la dirección del lanzamiento, el cabreo de un Fidel que creía que ya no le quedaba nada más por sufrir después de haber visto hasta a porteros contrarios sacando el balón de su portería con la cabeza. Ni siquiera el largo paréntesis formado por la cena y una Rafamarquesada llamada de teléfono cambian nada. De hecho en el quinto partido Fran eleva su nivel y sólo con eso es suficiente para que Rubén sentencie en 90 minutos a unos hundidos, cabreados, e incrédulos Fidel y David, que ahora se ven luchando por el segundo puesto con el hombre de las zapatillas de enfermero.
