RUBÉN
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FIDEL
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DAVID
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FRAN
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miércoles, 30 de mayo de 2012


Higlights. Tras varias semanas de inactividad debido a la poca disponibilidad de los miembros de Ñasspro, ésta parece ser la idónea para una plácida y organizada velada. A todos les resulta indistinto jugar un día u otro, hasta que Fidel hace una elección y dice preferir el Miércoles, lo que produce cierta inestabilidad en un David que, tras pensárselo un poco, acepta jugar ese día. Eso sí, ya por la tarde avisa de que va a llegar algo más tarde, a las 9:30, y finalmente hace acto de presencia casi a las 10, sin haber cenado, y acompañado de una Nieves tampoco cenada, y además preocupada por haber tenido que dejar en el cercano y oscuro descampado el coche en cuyo interior se encuentran, por si fuera poco, todas sus pertenencias, al estar en plena mudanza. Por fortuna Fidel la tranquiliza haciéndole ver que es mucho mas seguro aparcar en el solar que en la calle de al lado, en la que reciementemente han quemado un coche a plena luz del día. Ante este panorama el estresado David parece ser el peor candidato como compañero, así que Fran se alegra cuando resulta ser su hermano su pareja de la noche. Y aunque ambos en el primer partido desperdician un montón de ocasiones (algo poco apropiado en un campeonato por goles), al menos logran la victoria, a la espera de salir indemnes cuando les toque llevar al inferior equipo vallecano. Sin embargo en media hora ya les caen dos goles y pueden sentirse afortunados de aguantar hasta el 90 con ese marcador. David ya comienza a estar más suelto y en el partido con la Roma desata su lengua. No le importa que la Lazio interprete uno de los goles más estúpidos que se recuerdan. El portero lazial sale a la frontal del área y despeja de puños un balón ¡hacia su línea de fondo!, lo cual Fran arregla cometiendo la buyada de lanzarse a evitar el corner con un despeje que deja al delantero de la Roma sólo delante de una vacía portería. Pero para David tanto éste, como el segundo tanto de los suyos le lleva a creer en una superioridad que expresa de muy diversas maneras. Desde encendidos autoelogios hasta la interpretacion del éxito musical de Dinio (toda la noche hasiendo el amol), pasando la minusvaloración de unos rivales que, según él, no merecen nada más que la derrota, por mucho que consigan vencerles en el cuarto partido. Sin embargo la goleada en el último encuentro le da la razón a un mesiánico David que acaba creyendose la representación del Dios del Pro en la tierra, y le otorga tanto a él como al Nass siete puntos de ventaja en un nuevo torneo que nadie, en toda la noche, se ha acordado de bautizar.

jueves, 3 de mayo de 2012


Higlights. La cucarachería de David se acrecienta cada semana, llegando a extremos como el de quejarse por la poca variedad en el frigorífico de Fidel, o el de comerse la tortilla que le había preparado al anfitrión su abuela. Entre tanto, Rubén se conforma con pedir un agua que acaba en su mayoría regando por aspersión toda la cocina de un Fidel sorprendéntemente tranquilo ante todo esto que acontece en su salón-cocina. Mientras tanto, en el otro extremo de la sala, el cuarto integrante permanece en el sofá en posición horizontal desde su llegada hace más de medía hora, habiendo sido su única actividad la de quitarse los zapatos. La acción comienza una vez que el lesionado Fran despeja el sofá y pasa a situarse en la chaise-longue en una extraña y retorcida postura que provoca la burla del resto, y la depresión en un Fidel que es consciente de que ése es el hombre que tendría que darle el campeonato. Y lo curioso es que empieza haciéndolo, demostrando una sorprendente puntería goleadora cuya máxima expresión es el misilazo de Mvila desde su casa. Un golazo que queda eclipsado en el segundo, y también victorioso para los franceses, partido en el que Fidel logra una inolvidable vaselina con poco ángulo. Sin embargo el tercer encuentro es una vuelta a la realidad de que Rubén va a ganar el campeonato, siendo éste y David implacables con un equipo de calidad como Holanda. Ante la creciente laxitud del casi olvidado DavidPro, un desencantado Fidel propone nada menos que cancelar lo que resta de torneo, y aunque en principio lo consigue, se acaba disputando el partido de cuartos, en el que él y su hermano triunfan, y una semifinal que será aún más recordada que la vaselina de Fidel. El caos gabacho desemboca en un 0-5 al descanso que queda "arreglado" con un 1-7 final que probablemente sea la mayor goleada de la historia, con un Rubén sumando la friolera de 5 goles para celebrar que, por octava vez, gana un campeonato, aunque casi tiene que hacer la celebración en ese maligno ascensor que a punto está de dejarles bloqueados en el piso -1.